viernes, 25 de marzo de 2011

Ley para la muerte digna

Hola politólogos!
El otro día en clase hablamos de lo que significa la libertad como un valor fundamental sin el que no entenderíamos nuestra vida, o al menos en mi caso; pues bien, leyendo la prensa he encontrado una noticia que me ha llamado la atención y que bien exprimida levanta muchas ampollas.
La noticia trata sobre la aprobación  de una ley para la muerte digna  realizada por las cortes aragonesas. La ley ha sido aprobada por mayoría exceptuando al PP, ya que consideraba esta  como una trampa hacia la eutanasia. A mí me parece que mas allá de la polémica, esta noticia no tiene tanto que ver con el tema, sino mas bien con la capacidad de decidir libremente del paciente frente a las decisiones de los médicos encargados en la cuestión.
Siempre en España el tema de la eutanasia ha sido evadido por múltiples cuestiones políticas y morales, pero la realidad es que los países de la UE, donde también figuramos nosotros, ya la tienen de alguna manera regulada, ya sea impidiéndola o aceptándola. Pues en este, nuestro amado país, todavía no se tiene una ley que exprese lo anterior, y nuestro Código Penal deja bien claro que quien ayude a una persona a morir pagara con la cárcel.
Pero de verdad deberíamos plantearnos estas cuestiones alguna vez en la vida,  el ¿Si me pasara a mí, qué haría? Es algo que no lo pensamos demasiado pero está ahí, y lo que sucede es que muchas personas llegan todos los días a no poder decidir sobre su vida.
“La calidad de vida, el consentimiento informado, los cuidados paliativos, la declaración de voluntad vital anticipada, la intervención en el ámbito de la sanidad, la limitación del esfuerzo terapéutico, la sedación paliativa, la situación terminal o el testamento vital son algunas de las cuestiones relacionadas con el proceso de muerte recogidos en la ley.”
Sobre las cuestiones que arriba tenemos queremos tener control en el momento en el que nuestra conciencia deje de estar activa y pasemos a un estado vegetal , como los médicos lo llaman. Y a mi modo de ver, el decidir si quieres que te seden o no es algo importante , porque mas allá de la capacidad del personal sanitario se está poniendo en juego la capacidad de decisión de cada persona,  porque una vez tu ya no puedes, entran en juego tus familiares y los médicos que te atienden, y por mucho que hayan estudiado y sean grandes profesionales, a veces hacen cosas que van contra los deseos del paciente.
Esto nos lleva a algo importante, y lo que quiero que os planteéis. La libertad de pensamiento, de expresión y de movimiento es igual para todos los seres humanos, dejando de lado cuestiones obvias como la de que no todos estamos igual y demás, pero sí que en España la CE se recoge, por tanto el enfermo que está en el hospital y el  médico que le atiende tiene el mismo , por llamarlo de alguna manera , nivel de libertad.
Las críticas que ha planteado esta ley se deben a que algunas veces los interés del paciente entran en conflicto con los del médico, ya que este tiene una forma de ver la vida distinta a veces a como la ven los pacientes que tiene que tratar, porque en cuestiones como por ejemplo de aplicar cuidados paliativos, quiere suministrarlos y a quien se los tiene que poner lo admite. Entonces, cuando alguien no es dueño de su propia consciencia ante una enfermedad, y ha dejado especificado , gracias a la nueva ley, que no quiere que se le aplique ¿Qué se hace?
¿La objeción de conciencia de un medico que se niegue a llevar a la muerte a una persona es más importante que el ejerció de los derechos y libertades del paciente?
¿Qué es más importante la dignidad de la persona a la hora de morir o el cargo de conciencia del personal sanitario , que puede y debe ejercer sus actos con total libertad?
Yo lo dejo ahí, y pensad que de esta ley a la de la eutanasia hay muy poco recorrido…. ¿Debería permitirse esta práctica en nuestro país? Yo personalmente pienso que sí, ya que cada uno es libre de hacer con su vida lo que le plazca, aun estando en condiciones que le impidan llegar a ello, porque por encima de todo está la dignidad de la persona humana, más que convenciones de tipo moral o religioso.Porque vivir con dignidad es un derecho, morir con ella también.

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