miércoles, 2 de marzo de 2011

Poder y sexualidad en la esfera publica

Siguiendo el hilo de que lo que publique ayer, me gustaría comentar un tema que me surgió y que de alguna manera también está relacionado con lo que vimos el lunes en clase.
Ayer escribía que los políticos para ser lo que se espera del cargo que desarrollan debían mantener la esfera privada separada de la pública, más que nada por el derecho a su propia intimidad, pero hay veces que se filtran cosas, ya sea por la prensa o por el descuido de la propia persona, que dejan salir a la luz asuntos muy privados, como son en este caso, asuntos relacionados con la sexualidad.
Por todos es bien conocido es caso de Berlusconi,  que sin ir más lejos se acostaba con menores de edad o que usó  aviones oficiales  para llevar a sus amiguitas a descontroladas orgias. Este es un tema muy largo, donde se entremezclan polémicas y delitos, pero lo que me interesa de aquí es que a este señor , el hecho de que su intimidad haya salido a la palestra no ha hecho que el pueblo italiano ni los encargados del gobierno del país cambien mucho su opinión sobre él como mandatario del país. A parte de su forma o política de gobernar Italia lo que a mí me inquieta es que la gente de alguna manera lo permita.
Yo siempre he pensado que la vida de la gente que se dedica a la política debía ser trasparente, sin llegar a lo más profundo de su privacidad, pero sí exponiendo buena parte de su persona ya que de alguna manera nosotros los ciudadanos te hemos dado una parte fundamental de nuestra persona, es decir, la confianza, el pensar que se hará lo correcto solo con el simple hecho de votar. Por lo tanto , cuando salen a la luz cosas como escándalos sexuales lo menos que se esperaría de la persona política es  que dimitiera del cargo ( como pasó por ejemplo con la diputada de Irlanda del Norte Irish Robbinson, que sea acostó con un chaval casi cuarenta años menor). Esto se asemejaría   a lo que hacían en la antigua Grecia cuando se cometía un delito contra la polis, la vergüenza era tan grande que el ciudadanos acababa suicidándose, esto equivaldría a la actual dimisión del cargo, a la muerte política. Deben mantener lo que ya en la antigüedad se llamaba isegoría, la capacidad de actuar con honorabilidad, ante cuestiones tan complicadas como son las sexuales.
¿El hecho de que se deteriore la persona política por cuestiones relacionadas con el sexo es una causa para la dimisión de esta?
¿Hasta qué punto los políticos/as han de mantener una vida ejemplar aunque no quieran por el simple hecho de que nunca los pillen?
¿Los líos sexuales de los políticos tiene trascendencia en su forma de llevar su actividad pública como representantes del pueblo?
Mi opinión es que la vida sexual de las personas siempre que no vaya contra la ley o que sea no sé, que consista en aberraciones, no debería importarnos a los ciudadanos, siempre y cuando esto  no afecte a nuestro bienestar como pueblo. Los políticos deben tener una vida privada y si no entra en conflicto con los intereses generales no deberíamos  darle importancia. Pero el caso es que los medios de comunicación si lo hacen, y esto hincha la burbuja de la opinión pública exponiéndolos a críticas que en ocasiones no tienen ningún derecho a realizar. Al final se acaba polemizando y entrando en la vida privada de las personas, violando su privacidad solo por el hecho de ser personajes políticos.

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